A história da bijuteria e sua evolução pelos tempos

La historia de la bisutería y su evolución en el tiempo

Se calcula que las primeras formas de semijoyería aparecieron hace más de 75.000 años, en la prehistoria, cuando la llevaban hombres y mujeres. Con los años ha ido mejorando hasta convertirse en lo que conocemos hoy. Opciones de alta calidad que siguen las tendencias, pero sin perder toda la clase y belleza.

 

Desde el Paleolítico, los ornamentos se han considerado símbolos de la personalidad, además de grandes realces ornamentales. Desde tiempos remotos, diversos instrumentos se consideraban ornamentos para adornar a la gente de la antigüedad. Las piedras y sobre todo las conchas se utilizaban como talismán, con el fin de simbolizar el poder, la suerte e incluso el estatus.

¡SemiJoia y la evolución de su historia en el mundo!

Conchas de 75.000 años de antigüedad halladas en la cueva de Blombos, en Sudáfrica.

Las conchas se encontraron hace unos setenta y cinco mil años en Sudáfrica y era uno de los instrumentos de adorno más utilizados por los pueblos antiguos. Poco después de este descubrimiento, se encontró en el norte de Irak un cristal negro con un gran pasaje de luz. El lugar se conocía antiguamente como Arpachiyah y fue durante unas excavaciones en esta región cuando se encontró el vidrio translúcido. Era bastante común allí, ya que había volcanes del lago Van que tenían este material en grandes cantidades.

 

Lo más increíble de toda esta historia es que este vaso fue la obra maestra del primer y más antiguo collar del mundo, realizado aproximadamente cinco mil años antes de Cristo. Los pueblos de Mesopotamia demostraban lujo y poder a través de este ornamento que se consideraba la mayor joya del mundo antiguo.

En la Edad de los Metales, la evolución de la humanidad fue grande y el cambio fue muy importante para el crecimiento del ser humano. Como su propio nombre indica "Edad de los Metales", el periodo contó con increíbles descubrimientos y servicios de fundición de materiales como: cobre, hierro y bronce. Este acontecimiento era sumamente necesario para el desarrollo de la humanidad.

Dejando el norte de Irak y llegando al sur, encontramos la antigua ciudad de Ur. Allí se introdujeron y revelaron varios tipos de joyas que se basaban en metales recién descubiertos, como el oro, la plata, la cornalina, el lapislázuli y el jaspe. Las excavaciones en la antigua Sumeria (ciudad de Ur) propagaron varias colecciones ricas y lujosas. Se empezaron a fabricar joyas con estos diversos materiales. Los antiguos empezaron a fabricar y adquirir brazaletes, collares, pendientes, entre otras joyas.

Cuentas de oro y cornalina

Durante la transición del Imperio Medio al Imperio Nuevo, entre 1567 y 1085 a.C., las joyas se apoderaron de Egipto. La fabricación de joyas pasó a considerarse un arte, en el que se utilizaban como objetos de trabajo diversas piedras descubiertas en la época.

Sin embargo, los momentos de gloria en Oriente Próximo estaban contados por la futura escasez de oro. Por ello, con el inicio de la crisis, debido a la falta de oro, la filigrana comenzó a utilizarse como material de joyería y objeto de comercio en todo Egipto, Turquía y Mesopotamia. Las técnicas se extendieron a otros continentes, como Europa y Asia, aportando cada vez más innovaciones en la técnica de la joyería.

La producción de joyas no se quedó sólo en collares y pulseras. Con el desarrollo y perfeccionamiento del bronce, en el suroeste de Irán se empezaron a innovar las piezas. La creatividad dio lugar a broches, collares, para componer la belleza de la época.

El arte de la joyería en diferentes partes del mundo

Grecia- El pueblo griego mezcló el estilo de Grecia con el género oriental. En las joyas se tallaban flores, símbolos animales y rostros. El oro, la plata y el marfil eran los materiales más utilizados por los griegos.

Península Itálica- En la región situada al sur del río Arno y al norte del Tíber existía una población llamada "etruscos". Este pueblo destacó por la exquisita técnica de producción de joyas. La filigrana era un material muy utilizado por los etruscos.

China - En China, cerca del Danubio y Rusia, se concentraba el pueblo escita. Eran nómadas y se distinguían por su habilidad con el arco y el caballo. Los escitas están considerados uno de los más grandes orfebres de la Antigüedad, además de ser uno de los primeros pueblos indoeuropeos.

Antigua Mesopotamia- Los pueblos de Mesopotamia, llamados persas, tenían como característica central las serpientes. El uso de brazaletes de oro era característico de la naturaleza persa. Realizaban una técnica llamada incrustación, que consistía en resaltar entre piedras y vidrios de colores.

Roma- Los romanos con su inmensa característica crearon joyas con perlas y esmeraldas.

América- Las combinaciones entre oro, plata, platino y cobre caracterizaron las piezas fabricadas en América. Esta mezcla se utilizaba mucho, ya que suavizaba la pureza de los metales, que por sí solos eran caros y sólo pertenecían a la nobleza.

Mediterráneo oriental - Los fenicios utilizaban una mezcla de artes presentes en España, Siria y Túnez.

A partir de la Edad Media, la religión también empezó a influir en el arte. Con la existencia del teocentrismo, término dado a la explicación de que Dios es el centro del Universo, la Iglesia pasó a tener un poder total sobre la sociedad y su composición. Los orfebres utilizaban diamantes, oro, perlas, esmeraldas, rubíes, zafiros, topacios, turquesas y oro, y estaban influidos por el arte religioso.

Un gran hito en la historia de la joyería fue su reconocimiento como arte, al igual que la escultura y la pintura.

El arte de los orfebres se ha ido adaptando según los estilos artísticos de la época y la región. El estilo barroco se distinguía por los conflictos espirituales, en los que el hombre se encontraba entre el paganismo y el cristianismo. Del mismo modo, la humanidad también se debatía entre el teocentrismo y el antropocentrismo. El énfasis principal de este estilo en las artes eran las curvas y la naturaleza, interpretada por flores y pájaros.

Hablando de estilos, el neoclásico también adaptó el arte de la joyería. La etapa en la que vivió Napoleón Bonaparte se caracterizó por el estilo clásico grecorromano. El siglo XX estuvo marcado por el popular y conocido estilo Art Nouveau, originario de Francia. Este movimiento tuvo como gran atributo la similitud con el arte barroco.

La naturaleza se ilustraba delicadamente tras las flores, el platino y el marfil. El Art Déco llegó a los años 30. En esta época, el arte cinematográfico estaba en auge y las actrices de cine se lanzaron a la moda. Según el gusto de Hollywood, se dictaban y copiaban tendencias y looks. La joyería se utilizaba mucho para componer el modelo. Las piezas se caracterizaban por su diseño moderno, con materiales sencillos, además de ser muy versátiles.

En Europa, tras la Segunda Guerra Mundial, las mujeres empezaron a cuidarse y a considerar las joyas como un atributo primordial de belleza. El oro y la perla eran materiales muy utilizados. Las piezas disfrutaban combinando colores como el turquesa y el coral.

Hablando de diversidad, los años 50 estuvieron marcados por las distintas formas de fabricar joyas. Había joyas industrializadas que se producían con gemas raras y joyas artesanales, que tenían como materia prima objetivos más sencillos y accesibles. Lo más sorprendente es la innovación que se introdujo en los años 70: el diseño se mezcló con material plástico e incluso papel.

Como ya hemos dicho, la joyería tuvo su apogeo en la Edad Media, pero era un objeto que sólo pertenecía a las clases ricas y, con ello, designaba los aspectos económicos de la época. La sociedad estaba muy dividida en la época medieval y el valor de las joyas era muy alto, llegando al mercado de la moda y la nobleza. El precio se denominaba por el tamaño de su gema.

¿Qué son las gemas?

Es una piedra preciosa procedente de un mineral lleno de brillo, su especial coloración es su gran rasgo distintivo. Se talla especialmente para su uso en joyería y tiene una dureza que simboliza el poder. Las gemas son raras y representan todo lo concreto de la vida terrenal. Este mineral posee una belleza inusual y se caracteriza por ser un mineral natural y exclusivo.

Siguiendo hablando de antigüedad, en el siglo XIII el zafiro era el preferido por mucha gente. El mercado se ampliaba y traía novedades como el rubí. En el siguiente siglo XIV, el rubí y el zafiro dieron paso a los diamantes, que en aquella época se convirtieron en la piedra preciosa más cara y valiosa de casi toda Europa. Portugal y España quedaron al margen de este aprecio por el diamante, ya que contaban con otra gema, considerada la más preferente y valiosa: la esmeralda. Además de estas fabulosas y bellas piedras, otra piedra preciosa destacó en el mundo de la joyería. Las perlas tenían una gran demanda y se vendían en grandes cantidades.

El mundo de la joyería incluía a toda la nobleza: reyes y príncipes, clero, ricos comerciantes, en definitiva, la nobleza en general. Los mercaderes tenían pocas gemas, que en aquella época se consideraban inversiones y reservas financieras para cualquier imprevisto comercial. Los nobles utilizaban las joyas como adornos, para demostrar lujo, riqueza y poder. Las gemas también se utilizaban mucho en la transacción de acuerdos políticos y comerciales.

En la época de las navegaciones, los viajes patrocinados por portugueses y españoles estaban plenamente relacionados con la transacción comercial de piedras preciosas occidentales. Cuando Colón descubrió "el Nuevo Mundo" (América) en el año 1492, la transacción de esmeraldas, plata y oro tuvo una evolución creciente en el mundo comercial. Todo ello porque en Sudamérica se descubrieron varias minas que contribuyeron a aumentar la riqueza de España y Portugal.

Como hemos visto, la historia de la joyería abarcó todo el mundo, con transformaciones sociales, culturales e incluso religiosas como características principales. Pero, ¿y Brasil? ¿Cuándo entra en esta historia? Se puede decir que desde abril de 1500 (en el Descubrimiento) Brasil ya ha comenzado su historia en el mundo de la joyería, además de ayudar en el desarrollo de las piezas. Cuando los portugueses llegaron a la costa brasileña y encontraron a los nativos, vieron que se adornaban con semillas, huesos de animales y plumas de pájaros. Con ello, comenzó el intercambio de mercancías en Brasil. Los portugueses hicieron regalos a las tribus indígenas a cambio de las riquezas brasileñas.

En el siglo XVI, Brasil empezaba a comprender el buen uso de las joyas. Su uso era poco frecuente, pero los hombres y mujeres que driblaban esta rareza destacaban y mostraban la moda procedente de Portugal y de Europa en general. No había tradición joyera, eran importadas. Hasta entonces, Brasil carecía de una cultura de producción de piezas y orfebres.

En aquella época, los adornos eran raros. Los raros adornos se utilizaban tanto en la ropa de las mujeres como en la de los hombres. Estas ropas se adornaban con los llamados auilletes (pequeños y finos adornos de oro). Lo que más se utilizaba como adorno decorativo en Brasil eran las joyas devocionales. Es decir, cruces, monogramas, pequeñas esculturas religiosas, símbolos náuticos y piezas con las letras IHS (Iesus Hominibus Salvatoren, en latín). Las escasísimas joyas del Brasil colonial consistían en colgantes y broches de camafeo.

El siglo XVII trajo un nuevo estilo a todas las artes: el Barroco. Las joyas se convirtieron en un símbolo de sociedad y estatus, en el que el número de gemas presentes pasó a ser esencial en el análisis de la joya. En el periodo anterior, el diseño se centraba por completo en el arte, lo que se perdió con el inicio del estilo barroco. En este siglo, la decoración se volvió hacia la naturaleza, destacando las flores y los pájaros. Los principales adornos eran cordones, hebillas de zapatos, así como pendientes y anillos.

En el siglo siguiente (XVIII), los Bandeirantes iniciaron intensas expediciones por todo el país. Esta diligencia se tradujo en grandes descubrimientos de varias minas, donde encontraron: oro, diamantes, esmeraldas y topacios. Entre 1700 y 1800 se extrajeron de Brasil más de mil toneladas de oro y millones de quilates de diamantes. La riqueza del país era muy grande.

En este mismo siglo, Brasil vivió un gran acontecimiento histórico: la trata de esclavos. Debido a la exploración, descubrimiento y extracción de las minas brasileñas, cerca de dos millones de africanos fueron enviados al puerto brasileño.

Los negros y mulatos aprendieron diversas expresiones artísticas caracterizadas en el estilo barroco y, con la mezcla de estilos procedentes de África, los esclavos empezaron a producir hermosas piezas de joyería. Además de los esclavos, Brasil se convirtió en un imán para miles de emigrantes, que consideraban el país rico por su fuerte explotación del oro y las gemas.

Esta inmigración a gran escala estimuló el crecimiento de la producción comercial. La ganadería creció y las plantaciones de caña de azúcar y café se desarrollaron cada vez más. Con ello, comenzaron a aparecer nuevas ciudades y estados.

Cuando la corte portuguesa llegó a Brasil, trajo consigo a muchos profesionales de la joyería, así como pulidores. Con ello, el desarrollo en la confección, producción y comercio de joyas brasileñas fue en aumento. En el siglo XIX predominaron los diamantes y los modelos de joyas florales, bien enfocados al estilo barroco.

Con este increíble desarrollo, Brasil atrajo varias obras de orfebres portugueses y españoles. El país empezó a producir ornamentos con abundantes características de las diversas gemas existentes en el país. Los ornamentos se hacían pesados por la cantidad de piedras empleadas en cada pieza. Brasil siguió dando preferencia al estilo barroco.

El arte de la joyería se desarrolló y el estilo barroco dio paso al nuevo estilo del siglo XIX, el neoclásico. Las artes empezaron a inspirarse en los estilos romano y griego. Con este nuevo segmento del arte, el diseño de ropa y joyas de mujer y hombre se simplificó. Este estilo y esta novedad eran un espejo de los conflictos y cambios políticos que se producían en Europa, en América y, más tarde, de un acontecimiento histórico: la Revolución Francesa.

La sede de la monarquía portuguesa se trasladó a Brasil en 1808, debido a las amenazas de Napoleón Bonaparte de invadir Portugal. Con este acontecimiento, la historia de la joyería empezó a crecer y evolucionar cada vez más. Fue la cúspide de la economía brasileña, la recepción de inmigrantes de diversas nacionalidades, lo que dio lugar al flujo de productos manufacturados.

Además, la industrialización brasileña experimentó un fuerte crecimiento. En presencia de la corte portuguesa, las mujeres de Brasil empezaron a cuidar de sí mismas y a establecerse según el reino. Las damas brasileñas empezaron a frecuentar tiendas y peluquerías, además, la demanda de orfebres de la época se hizo primordial.

Brasil comenzó a buscar su independencia y esto también se reflejó en la producción de joyas. La producción de joyas empezó a adquirir personalidad y características propias y a seguir el estilo brasileño: el Romanticismo. Los temas se reflejaban en las flores, en la fauna y en la personalidad indígena. Finalmente, Brasil proclamó su independencia el 7 de septiembre de 1822.

La corona del primer emperador brasileño, Pedro I, fue fabricada por orfebres del estado de Río de Janeiro y pesaba unos 3 kilos de oro. Tras la emancipación, Brasil empezó a tener joyas decoradas según los colores de su nueva bandera.

La Revolución Industrial hizo que la sociedad brasileña se enfrentara a bajos impuestos, transformándose así en una comunidad más elitista. El gusto por el lujo se acentuó en el año 1860, época de auge del país. Tras el descubrimiento de las minas en Sudáfrica, el deseo de adornarse se hizo aún mayor.

Sin embargo, para Brasil (como economía), estos descubrimientos se convirtieron en un gran quebradero de cabeza. Las minas sudafricanas empezaron a producir diamantes en grandes cantidades. Esto hizo que Brasil perdiera su posición como productor mundial de diamantes.

Cuando Dom Pedro I abdicó del trono para dejarlo en manos de su hijo, la historia de la joyería en Brasil vivió otro hito importante. La corona de Dom Pedro II ilustra con elegancia el desarrollo de la fabricación y producción de joyas en el país. La corona estaba adornada con gemas nacionales. En total, había 640 brillantes y 77 perlas.

Por último, llegamos al famoso acontecimiento del año 1922: la Semana de Arte Moderno. Este acontecimiento marcó el inicio del modernismo en Brasil. Su principal objetivo era hacer que la cultura brasileña comprendiera el pensamiento europeo y se adaptara a él. La alta sociedad, procedente de São Paulo o Río de Janeiro, encargaba sus joyas directamente a Europa (la mayoría de las veces a París). Sin embargo, los orfebres brasileños también produjeron piezas nacionales.

La joyería brasileña empezó a fabricarse a partir del movimiento modernista. El estilo moderno atravesó el periodo de la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1945 se fundaron nuevos museos. Con la existencia de estas postales, las artes en Brasil empezaron a divulgarse de forma fundamental. La compra de joyas se convirtió no sólo para su uso, sino también, como una forma de inversión.

Actualmente, en el siglo XXI, hemos alcanzado una evolución increíble en la historia de la joyería, tanto en el mundo como en Brasil. La fabricación y producción de las piezas se vuelcan por completo en el diseño. Hoy, la mezcla de materiales, formatos y técnicas ha hecho que las piezas cambien de forma moderna y bella.

Hoy en día, los diseños de joyas se consideran verdaderos artistas, que utilizan distintos materiales para que la joya se convierta en una obra de arte. La mezcla de culturas e historias hace que los diseños sean innovadores y, al mismo tiempo, busquen en el pasado, los orígenes de la joyería.

Hablando de semijoyas, no vamos mucho más lejos. El concepto de esta modalidad de joyería es algo más reciente de lo que se imagina. Sin embargo, su historia viene dada por la existencia de toda esta cronología que acabamos de relatar. ¿Recuerda que, desde la prehistoria, los materiales preciosos se mezclaban con otros tipos de materiales, como huesos, dientes y piedras?

Lo mismo ocurre en la época contemporánea, por supuesto con un cambio radical en los materiales. Hoy en día, en cierto modo, las joyas se siguen utilizando para representar el poder. Sin embargo, algunos materiales necesarios para fabricar joyas se han vuelto escasos. Como solución a esta escasez, surgió la semijoyería, que fue ganando espacio en el mundo de la bisutería.

Como hemos visto, la historia de la joyería, que abarca automáticamente la semijoyería, ha experimentado grandes cambios y se ha desarrollado en función de los periodos y las épocas. Hoy en día, la joya o semijoya es muy buscada y utilizada por todo tipo de personas, sin prejuicios. La semijoyería es una forma de romper la diversidad social, haciendo con que todos tengan acceso a piezas de joyería bonitas y de buena calidad.

Fuente: Waufen

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